Acero inoxidable y galletas
Hace un tiempo, ya vimos algo de la doble difusión como un medio para controlar las reflexiones directas en la superficie de una botella. Puesto que últimamente hemos hablado del tamaño de la fuente de luz (ver por ejemplo John Dohrn: El Señor de las Moscas) me gustaría revisar estas dos técnicas y atar ambos conceptos.
El encargo era fotografiar a los ganadores del concurso de galletitas para la sección de gastronomía de The Sun
Las galletitas eran completamente opacas, con mucha textura, sin superficies brillantes y sus colores iban desde el de las galletas de azúcar a las oscuras galletas de jengibre. El diseñador de la página había decidido mostrarlas en una bandeja de brillante acero inoxidable. Para complicar un poco más la diversidad de superficies a las que me tenía que enfrentar, envolvió cada galletita es un papelitos de hornear aluminizados y por lo tanto muy reflectante.
Esto se estaba convirtiendo en un ejercicio muy interesante sobre control de la luz. Las galletas se iban a comer la luz. El acero la reflejaría de un modo bastante predecible. Los papeles de hornear reflejarían cualquier fuente de luz en la habitación.
Antes de meternos con el concepto de la doble difusión, vamos a recapitular un poco sobre la idea de ver la fuente de luz desde la perspectiva del sujeto.
Si recuerdas, es el tamaño aparente el que importa. Si no estás familiarizado con el concepto, puedes revisar el artículo sobre Dohrn o mejor aún la unidad 2.1 del Lihgting 102.
Aquí puedes ver el montaje empleado. Imagina por un segundo que eres una de las galletitas en la bandeja y que el material difusor (la hoja traslúcida que hay sobre las galletas formando un ángulo) no estuviese ahí.
Cuando mirases hacia arriba desde la bandeja, lo único que verías sería una gran pantalla de luz. Estaba en un estudio y necesitaba muchos watios por segundo para conseguir la profundidad de campo adecuada, así que estaba usando una cabeza Profoto en una caja de luz.
Esta pantalla, viniendo desde arriba de la imagen, definirá la textura de las galletas al iluminarlas. Todo suave y bonito - no hay ningún problema por ahora.
Ahora imagina que eres la bandeja de acero inoxidable. No solo estas viendo la gran fuente de luz, estás haciendo algo más que las galletas no pueden hacer. Estas reflejando toda esa luz contra la cámara como un espejo.
Y si el fotógrafo se quita de esa reflexión, la bandeja aparece completamente negra, lo cual no está nada bien.
Pero técnicamente, el reflejo de la pantalla no queda nada mal. Está muy bien de hecho.
El problema en la bandeja está precisamente cuando la reflexión termina de forma abrupta. Al fin y al cabo estamos hablando de una superficie que es casi un espejo.
De nuevo recuerda que sigues siendo la bandeja de acero, intenta imaginar que ocurrirá si el fotógrafo pone la hoja de material difusor -- en este caso, Rosco Tuff Frost -- entre ti y la fuente de luz.
Sigues reflejándolo todo y vas a reflejar la pantalla hacia la cámara.
Pero ahora, en lugar de un borde definido, donde termina la pantalla (dentro de tu campo de vista), lo que vas a tener es un borde difuso, suavizado (la imagen de una ventana tras una cortina de baño te ayudará a previsualizar la situación).
Fíjate, tus propiedades reflectantes no han cambiado. Y sigues reflejando todo lo que ves hacia la cámara. Pero el material difusor a modificado el aspecto de la fuente de luz. Por lo tanto está modificando la reflexión que tú le envías a la cámara.
En efecto completo, desde el punto de vista de la cámara, es modificar radicalmente el aspecto del acero inoxidable. Es como si le hubiésemos rociado con un spray mate.
La calidad de la luz sobre las galletas no ha cambiado en absoluto. Ellas solo necesitan una fuente de luz grande, suave y direccional. Por lo tanto, ellas están contentas.
(¿Como no van a estar contentas? Son galletas. A todo el mundo le gustan las galletas)
Bueno, ahora que tenemos controlada la reflexión (predecible) de la bandeja de acero, ¿que pasa con las reflexiones más complicadas de los papelitos de hornear?
Resulta que esta es una buena solución también para los papelitos.
Tenemos una aparentemente gran fuente de luz -- la hoja difusora. Es decir que tenemos la luz repartida en una zona muy grande, con lo que la intensidad de las reflexiones será modesta y fácil de manejar desde el punto de vista de la tonalidad.
Pero ademas, los bordes de la fuente de luz son suaves y difusos. Por lo tanto las reflexiones (técnicamente, las "luces altas especulares") también tendrán unas transiciones suaves en los bordes.
Resumiendo.
Tenemos una fuente de luz dura. La suavizamos con una pantalla que la difunde. Ya tenemos una fuente grande. Entonces metemos un segundo difusor, la hoja de material traslúcido, para controlar los bordes aparentes de esta fuente de luz grande.
Suena mucho más complicado de lo que realmente es. Simplemente pégale un vistazo a la foto del montaje, e imagina que eres la bandeja. Seguro que lo ves claro.
Aquí tienes la foto de las galletas a un tamaño mayor para que puedas ver los reflejos de la luz -- especialmente las transiciones -- con mayor atención. Ese acero inoxidable tiene el aspecto que el acero inoxidable debe tener.
La única nota amarga del encargo, es que nuestras mayores aspiraciones de la jornada no se cumplieron. Trágicamente, pese a que las galletas parecían deliciosas, habían sido premiadas la semana anterior. Así que se habían estropeado completamente.
Así, que teniendo todo en cuenta le daría a esta sesión un resultado bastante mediocre.
Este artículo es la traducción de Stainless Steel and Cookies
El encargo era fotografiar a los ganadores del concurso de galletitas para la sección de gastronomía de The Sun
Las galletitas eran completamente opacas, con mucha textura, sin superficies brillantes y sus colores iban desde el de las galletas de azúcar a las oscuras galletas de jengibre. El diseñador de la página había decidido mostrarlas en una bandeja de brillante acero inoxidable. Para complicar un poco más la diversidad de superficies a las que me tenía que enfrentar, envolvió cada galletita es un papelitos de hornear aluminizados y por lo tanto muy reflectante.
Esto se estaba convirtiendo en un ejercicio muy interesante sobre control de la luz. Las galletas se iban a comer la luz. El acero la reflejaría de un modo bastante predecible. Los papeles de hornear reflejarían cualquier fuente de luz en la habitación.
Antes de meternos con el concepto de la doble difusión, vamos a recapitular un poco sobre la idea de ver la fuente de luz desde la perspectiva del sujeto.
Si recuerdas, es el tamaño aparente el que importa. Si no estás familiarizado con el concepto, puedes revisar el artículo sobre Dohrn o mejor aún la unidad 2.1 del Lihgting 102.
Aquí puedes ver el montaje empleado. Imagina por un segundo que eres una de las galletitas en la bandeja y que el material difusor (la hoja traslúcida que hay sobre las galletas formando un ángulo) no estuviese ahí.
Cuando mirases hacia arriba desde la bandeja, lo único que verías sería una gran pantalla de luz. Estaba en un estudio y necesitaba muchos watios por segundo para conseguir la profundidad de campo adecuada, así que estaba usando una cabeza Profoto en una caja de luz.
Esta pantalla, viniendo desde arriba de la imagen, definirá la textura de las galletas al iluminarlas. Todo suave y bonito - no hay ningún problema por ahora.
Ahora imagina que eres la bandeja de acero inoxidable. No solo estas viendo la gran fuente de luz, estás haciendo algo más que las galletas no pueden hacer. Estas reflejando toda esa luz contra la cámara como un espejo.
Y si el fotógrafo se quita de esa reflexión, la bandeja aparece completamente negra, lo cual no está nada bien.
Pero técnicamente, el reflejo de la pantalla no queda nada mal. Está muy bien de hecho.
El problema en la bandeja está precisamente cuando la reflexión termina de forma abrupta. Al fin y al cabo estamos hablando de una superficie que es casi un espejo.
De nuevo recuerda que sigues siendo la bandeja de acero, intenta imaginar que ocurrirá si el fotógrafo pone la hoja de material difusor -- en este caso, Rosco Tuff Frost -- entre ti y la fuente de luz.
Sigues reflejándolo todo y vas a reflejar la pantalla hacia la cámara.
Pero ahora, en lugar de un borde definido, donde termina la pantalla (dentro de tu campo de vista), lo que vas a tener es un borde difuso, suavizado (la imagen de una ventana tras una cortina de baño te ayudará a previsualizar la situación).
Fíjate, tus propiedades reflectantes no han cambiado. Y sigues reflejando todo lo que ves hacia la cámara. Pero el material difusor a modificado el aspecto de la fuente de luz. Por lo tanto está modificando la reflexión que tú le envías a la cámara.
En efecto completo, desde el punto de vista de la cámara, es modificar radicalmente el aspecto del acero inoxidable. Es como si le hubiésemos rociado con un spray mate.
La calidad de la luz sobre las galletas no ha cambiado en absoluto. Ellas solo necesitan una fuente de luz grande, suave y direccional. Por lo tanto, ellas están contentas.
(¿Como no van a estar contentas? Son galletas. A todo el mundo le gustan las galletas)
Bueno, ahora que tenemos controlada la reflexión (predecible) de la bandeja de acero, ¿que pasa con las reflexiones más complicadas de los papelitos de hornear?
Resulta que esta es una buena solución también para los papelitos.
Tenemos una aparentemente gran fuente de luz -- la hoja difusora. Es decir que tenemos la luz repartida en una zona muy grande, con lo que la intensidad de las reflexiones será modesta y fácil de manejar desde el punto de vista de la tonalidad.
Pero ademas, los bordes de la fuente de luz son suaves y difusos. Por lo tanto las reflexiones (técnicamente, las "luces altas especulares") también tendrán unas transiciones suaves en los bordes.
Resumiendo.
Tenemos una fuente de luz dura. La suavizamos con una pantalla que la difunde. Ya tenemos una fuente grande. Entonces metemos un segundo difusor, la hoja de material traslúcido, para controlar los bordes aparentes de esta fuente de luz grande.
Suena mucho más complicado de lo que realmente es. Simplemente pégale un vistazo a la foto del montaje, e imagina que eres la bandeja. Seguro que lo ves claro.
Aquí tienes la foto de las galletas a un tamaño mayor para que puedas ver los reflejos de la luz -- especialmente las transiciones -- con mayor atención. Ese acero inoxidable tiene el aspecto que el acero inoxidable debe tener.
La única nota amarga del encargo, es que nuestras mayores aspiraciones de la jornada no se cumplieron. Trágicamente, pese a que las galletas parecían deliciosas, habían sido premiadas la semana anterior. Así que se habían estropeado completamente.
Así, que teniendo todo en cuenta le daría a esta sesión un resultado bastante mediocre.
Este artículo es la traducción de Stainless Steel and Cookies
Etiquetas: On Assignment
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