martes, 28 de marzo de 2006

Luz Dura: Es mejor de lo que te imaginas

Cuando la mayoría de nosotros empezamos a usar flashes, lo hacemos fundamentalmente para aumentar la cantidad de luz.

Pero la calidad de esa luz realmente apesta. Así que empezamos a mirar el trabajo de otros fotógrafos que usan cosas como luz rebotada, difusores, paraguas, cajas de luz, etc. para modificar la calidad de la luz. Y empezamos a pensar "Luz dura mala, Luz suave buena".

Supongo que esas malas experiencias tempranas, han creado en la mayoría de nosotros un cierto prejuicio hacia las luces duras. Lo que es una verdadera pena.

No hay nada en absoluto inherentemente malo en la luz dura. En problema es que nuestras malas experiencias del pasado fueron fundamentalmente el resultado de una mala posición de la luz (como por ejemplo "en la cámara") y de unos horrendos ratios de iluminación (como en "dales caña hasta que brillen").

Pero si te aproximas a la luz dura prestando atención a la dirección, al color y a las intensidades relativas, las luces duras pueden funcionar muy bien. Lo cual es especialmente bueno para los usuarios de pequeños flashes como nosotros, porque esos dispositivos son capaces de emitir mucha luz si no tienes que perder gran parte difuminándola.

Y la luz dura -especialmente desde diferentes ángulos- tiene una pureza, una nitidez, una aspecto de alta calidad difíciles de igualar (si prestas atención a los ratios y al relleno) que se reproduce bien incluso cuando se imprimen con calidad mediocre.

La luz suave puede ser más segura, más predecible. Pero tal y como yo lo veo, la pequeña pantalla TFT detrás de nuestras Nikon o Canon nos dan toda la información que necesitamos para vivir fuera, en la frontera, en cuanto a la iluminación se refiere.

Si te quieres mojar, prueba a trabajar cerca de la luz ambiente (si no sabes a lo que me refiero, lo aprenderás unos artículos después). El hecho de que las sombras tengan detalles, reducirá las posibilidades de obtener malos resultados con luz dura. Pero el efecto de nitidez que aporta este estilo de iluminación seguirá ahí.

También puedes crear tus propias combinaciones de luz dura y suave, utilizando dos flashes.

Digamos que tienes que hacer un retrato ambientado en una oficina. Puedes rebotar un flash contra el techo, llevando la habitación a una exposición de f/4 con luz suave. Entonces pon el otro flash en un soporte, apuntando directamente a la cara de tu sujeto y baja su potencia hasta tener una exposición, de digamos f/5.6. Puedes querer limitar el área iluminada por la luz dura acercando el flash y cerrando el zoom del mismo a un ángulo de cobertura de un 85mm. O puedes emplear un snoot hecho rápidamente con un trozo de cartón.

En esta situación, estarás trabajando a f/5.6 con las sombras iluminadas a f/4. El efecto será un detalle excelente en tu sujeto, mientras que las sombras tendrán un bonito detalle a lo largo de toda la imagen. Bola extra para el que enfríe un poco la luz rebotada (con un gel azulado) y caliente un poco la luz sobre el sujeto (con un filtro naranja). En ese caso tendrás contraste en color, dirección y calidad de la luz.

Por supuesto, puedes conseguir el mismo efecto con un único flash y la luz ambiente que esté disponible en esa ocasión. De eso es de lo que hablaremos en el próximo artículo.

Siguiente: Equilibrando el flash con la luz ambiente, Pt. 1

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