Cada uno tiene su equipo favorito, el que siempre coge cuando sale a fotografiar. Pero lo típico en un fotoperiodista suele ser dos cuerpos digitales, uno con un zoom luminoso y otro con un tele luminoso. Un usuario de Nikon puede ser que lleve dos D2h, un 17-35/2.8 y un 80-200/2.8. Este equipo cubre desde el gran angular hasta el rango de teleobjetivo con la habilidad de disparar con muy poca luz a f/2.8 en todo el rango.
Si añades a esto dos pequeñas bolsas en la riñonera con un flash y un 50mm (ya sea un f/1.4 si lo que quieres es luminosidad, o un macro, dependiendo del tipo de trabajo) y ya tienes un equipo bastante potente.
Pero añadiendo unos cuantos elementos pequeños y ligeros, puedes dotarte de la capacidad de iluminar con la luz fuera de la cámara en cualquier ocasión.
La idea es incorporar estos elementos a tu equipo habitual de modo que siempre puedas tener la posibilidad de proporcionarte mejor luz. Los grandes flashes de estudio son buenísimos, pero ayudan muy poco desde el maletero del coche. O desde debajo de la cama. Si llevas las luces contigo siempre, estarás más predispuesto a utilizarlas. Esta es la filosofía de aprender a utilizar mejor estos pequeños flashes. Siempre están ahí. Si te acostumbras a usarlos de un modo más efectivo, siempre estas preparado para añadir luz a cualquier situación que lo necesite.
La primera imagen (arriba) muestra el equipo típico: dos cuerpos, dos zooms y la pequeña riñonera.
Esta segunda imagen muestra que con un poco más de equipo, hemos añadido la posibilidad de usar la luz fuera de la cámara. Puedes crear luz dura, suave, con aspecto de bombilla, con haz ancho o muy estrecho. Puede estar ajustada en color para un ambiente iluminado con fluorescentes, luz diurna o luz incandescente. La luz puede ser situada con un pié o con una pinza. No es mucha diferencia en peso. Es una inmensa diferencia en cuanto a las posibilidades que te ofrece.
El pié o soporte para el flash es uno compacto de cinco secciones, el Bogen 3373, modificado (perforado) para poderle poner una correa y llevarlo colgado del hombro. Lleva un adaptador para el paraguas con una zapata para flash. Atado con un coletero de goma a una sombrilla grande que se pliega en dos partes para transportarlo mejor. La sombrilla está metida dentro de un snoot plegable hecho de cinta aislante y cartón fino sacado de una caja de cereales.
En la riñonera hay un par de disparadores remotos Pocket Wizard que me permiten disparar el flash de modo inalámbrico desde varias decenas de metros. También llevo algunos otros pequeños cachivaches, como una pinza, algún Sto-Fen Omni Bounce y algunos geles de colores. Los coleteros que sujetan la sombrilla al pié también se pueden usar para sujetar el flash a algún sitio.
Algunas veces también llevo una batería externa para acelerar el ciclo de recarga de los flashes, pero solo cuando se que tendré que usarlos por encima de un cuarto de su potencia (o cuando voy a tener que usarlo durante mucho tiempo).
Con este material, puedo realizar perfectamente el 90% de los trabajos que me encargan. Y también puedo andar unos cuantos kilómetros con él si es necesario. Y como es tan ligero, puedo disparar la cámara sin problemas con todo el equipo de iluminación colgando del hombro.
Cuanto antes te quede clara la filosofía de "menos es más" en lo referente al equipo que debes llevar encima, menos probable es que tengas que ir poniéndote Reflex en la espalda cuando llegues a los 40.
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N. del T.: El título original, Traveling Light se puede traducir tanto como "Luz viajera" o como "Viajar Ligero". En este caso, esta segunda traducción es la más adecuada, aunque el titulo elegido por David es evidentemente un juego de palabras